POR
LA COPA VALE TODO
En
el proceso clasificatorio para Inglaterra participaron 71 selecciones. En ese
entonces el mundial se jugaba con 16 equipos (hoy en día son 32 los países que
acuden al evento). Los cupos fueron
distribuidos por zonas, asignándose 10 para Europa, 4 para Suramérica, 1 para
Norteamérica y 1 a disputar entre África y Asia, situación que generó la
protesta de los países africanos y 15 de ellos se retiraron del proceso. Al
igual que en todos los mundiales, muchos sucesos extradeportivos afectaron el
evento. Corea del Norte que ganó su cupo
enfrentando a Australia estuvo a punto de quedar por fuera pues Inglaterra no
tenía relaciones diplomáticas con el gobierno comunista y no quería asignara
visas a los jugadores, pero al final todo se solucionó. Por su parte Suráfrica
fue excluida del evento como forma de penalizar al país por su política interna
del apartheid y como si fuera poco en el mes de marzo se
robaron la copa que estaba exhibida en Londres para motivar al público a
asistir al evento. Afortunadamente días
después del robo fue recuperada y pasó ese susto tan tenaz.
Inglaterra
no sólo organizó un excelente evento deportivo sino que utilizó todos los
mecanismos para que la copa se quedara en casa. Son demasiadas situaciones que
muestran la forma en que el título se fue forjando paso a paso. Inicialmente en
el sorteo, los equipos más fuertes tuvieron que enfrentarse entre sí y contaron
con pocos días de descanso entre cada juego, acumulando cansancio para la siguiente
ronda, mientras que la selección inglesa tenía más días de descanso entre cada
partido.
Brasil,
por ejemplo, que venía de ganar los dos mundiales anteriores no sobrevivió a la
primera fase pues le tocó ¨la mala suerte¨ de enfrentar al grupo más difícil:
Bulgaria, Hungría y a Portugal. Otra nota curiosa es que todos los partidos que
disputó la selección brasileña en ese torneo (3 en total) los dirigieron
siempre los británicos, tanto como árbitro o como jueces de línea.
El
equipo portugués por su parte, tenía entre sus filas a un Mozambicano
(Mozambique, es ex colonia portuguesa en África) de nombre Eusebio. Este nombre
que fuera luego bautizado por la prensa deportiva como “la pantera negra¨ fue
catalogado como el mejor jugador de ese mundial.
Aparte
de la eliminación de Brasil, Italia, igualmente favorita, fue enviada a casa
por el equipo de Corea del Norte. Los coreanos que antes del partido habían
reservado sus tiquetes para regresar a casa pues no imaginaban que vencieran a
los europeos (tampoco tenían reservas en hotel y se alojaron en una comunidad
religiosa), tuvieron que cambiar el destino y se dirigieron hacia Liverpool a
enfrentar al poderoso Portugal. En ese partido Portugal empezó perdiendo 3 a 0,
pero la magia de Eusebio (que convirtió 4 goles) le sirvió a los europeos para
remontar el marcador y vencer finalmente 5 a 3. En las semifinales Argentina
fue derrotado por Inglaterra con un gol de dudosa legalidad (estos dos equipos
han tenido rivalidad histórica en los mundiales) mientras que Uruguay el otro
semifinalista suramericano, fue eliminado por Alemania de la misma manera. Así
que la final fue europea.
En
el último partido del mundial, luego de empate 2 a 2, los ingleses anotaron un
dudoso gol en el extra tiempo, el balón pegó en el palo y picó en la línea,
(hoy en día todos tienen claro que la bola no entró), sin embargo en su momento
el árbitro no dudó en concederlo al equipo anfitrión. Luego vendría una cuarta
anotación e Inglaterra, como lo había planeado se quedó con la Copa. La reina Isabel
III entregó la copa al capitán Bobby Moore (el mismo que se vio involucrado en
el robo de un brazalete en una joyería de Bogotá).
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